Recientemente he tenido la
oportunidad de tener una larga charla con una persona con mucha experiencia en
Desarrollo Local que creo me ha servido de mucho para poder aclarar algunos
conceptos clave que tal vez no entendía muy bien.
Aunque se tocaron muchos temas
muy diferentes me pareció reconocer un denominador común o eje vertebrador a todos ellos, un punto básico de inicio a
partir del cual se puede empezar a construir; la teoría y la praxis del
Desarrollo Local exige un cambio estructural respecto al modelo actual. Otra
manera de extraer información de la realidad, de analizar y sistematizar dicha
información para posteriormente cambiar dicha realidad.
Hago mención a esta reflexión
porque intente elegir mis tres prioridades sociales basándome en aquellas que
considero prioritarias para poder conseguir ese cambio estructural
anteriormente mencionado. Estas son:
1) EDUCACION. A mi parecer la base de todo desarrollo, como
lo demuestra el hecho de que los países con mayores niveles de desarrollo son
aquellos que más valoran (económica y socialmente) esta área. Los países nórdicos son los ejemplos más
obvios, aunque hay más.
Los cambios estructurales
necesitan apoyo y compromiso de la sociedad para ser sostenibles y sostenidos
en el tiempo. Para ello esta sociedad ha debido ser educada en hábitos y
costumbres que le permitan funcionar con fluidez en ese nuevo escenario social.
Por dar un ejemplo, no es porque se produzca una revolución comunista o
anarquista (por citar dos sistemas reconocibles) toda la sociedad de la noche a
la mañana vaya a saber comportarse conforme a los valores asociados a dichas
sistemas. Aprender a organizarse y funcionar de manera asamblearia, por
ejemplo, es un proceso que lleva mucho tiempo y practica.
Por tanto, el primer punto será
un cambio en la educación orientada al tipo de sociedad que se quiera construir
en el futuro. Conforme a mi visión de Desarrollo Local esta debería ser
analítica integral (no mecanicista analítica parcelaria), participativa,
integradora y fundamentada en los valores de cooperación y solidaridad que
permitan desarrollar las capacidades individuales y colectivas (y por ende, del
territorio) al máximo.
2) COMPROMISO. Dicha educación
debe fundamentarse en el compromiso y la participación. Ambas cualidades
empujan a la acción que permite dar el salto de objeto a sujeto y empezar sentir la realidad tal como es y no a través
del “otro”. Ser el “uno” y el “otro” es básico para entendernos a nosotros
mismo y al resto de la sociedad, cuyo bienestar está íntimamente relacionado
con “mi propio” bienestar.
3) REFLEXION CRÍTICA CONSTRUCTIVA. Causa y efecto de las dos necesidades
anteriores. La sociedad en cuanto estructura dinámica compleja necesita
continuo análisis y revisión para entender qué falla o qué puede funcionar
mejor. No es cuestión de culpabilizar a
nadie sino de trabajar en equipo para
buscar la mejor manera de aprovechar los recursos de que se dispongan.
Obviamente hay muchísimas necesidades sociales que se
podrían incluir, menos utópicas y mas “fáciles” de cumplir a corto plazo
(estabilidad laboral, compromiso político ciudadano, igualdad o equidad) pero
el largo plazo no deja de ser la suma de varios cortos plazos y, como tal, considero la educación como el principal
factor de desarrollo, que no el único.
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